Por Silvio Rodríguez. El 22 de agosto publiqué Abdala de nuevo sin corriente, después de 8 meses esperando un proceso de traspaso que no parecía tener fin y que, al dilatarse, deterioraba un proyecto que durante tres lustros ha demostrado su utilidad como infraestructura de la música cubana.
Creía y creo que, en el socialismo sustentable que debemos hacer, la cultura y sus medios merecen tratarse como recursos de beneficio espiritual, lo que no quiere decir que piense que deben tener un cheque en blanco.
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