La aplastante derrota sufrida, este domingo, por la ultraderecha en los comicios primarios en Argentina proyecta un significado especial.
Por Nicanor León Cotayo
Mucho más que el triunfo electoral de un partido, entrañó la voluntad de una inmensa mayoría de la sociedad harta del sufrimiento que le ha causado el régimen del binomio Macri-FMI.
Al sintetizar las causas Alberto Fernández, candidato presidencial, expresó: “arrancarnos 250 escuelas solo en Buenos Aires explica el motivo esencial de lo sucedido”.
Un ejemplo del enorme retroceso afrontado en ese país suramericano en los últimos años en que el macrismo condujo los asuntos de sus habitantes.
Fernández, lo resumió con otro ejemplo: “no es fácil cambiar un vaso de leche por un vaso de agua, en medio de un golpe muy duro al empleo y la seguridad social, hoy en ruinas”.
Fotos e imágenes televisivas sobre la miseria actualmente extendida en Argentina con alrededor de unos 4 millones de pobres, han sacudido a la opinión pública internacional sobre todo escenas que emulan con los cuadros más Dantescos del pasado.
Esto explica que en las recientes elecciones primarias 11 millones de argentinos trituraran a Mauricio Macri y sus hombres en las urnas.
La votación reflejó que más del 47 por ciento de los votantes prefirió la candidatura progresista de Alberto Fernández, en respuesta –entre otras calamidades- al hambre, y ausencia de viviendas.
Un fenómeno que debe trascender más allá de sus fronteras y de otros países, entre ellos, Brasil y Chile.
No en balde, expertos vaticinan que el candidato Alberto Fernández y su candidata vicepresidencial Cristina Fernández, podrían ganar en la primera vuelta a efectuarse el 27 de octubre próximo en un país destrozado por el FMI y sus agentes locales.
Fernández en su discurso de este domingo afirmó: “venimos a crear una nueva Argentina, donde todos tienen un espacio”.
Palabras muy atinadas que contribuyen a fortalecer el enorme Frente Único, hoy existente en ese importante país del Cono Sur.
Mientras tanto, en los más diversos medios abunda la expresión “abrumadora victoria” al calificar lo sucedido en esa nación.
Pero lo que nadie puede perder de vista, corresponde ahora a los “descamisados” de Evita Perón asumir el timón de un poderoso e influyente eslabón suramericano
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